CURSOS Y TALLERES

Conceptos filosóficos que utilizamos a diario

NIVEL: Medio-alto

N.º SESIONES: 8 (4 meses)

PRECIO: 65 € / mes

215 € (Pago único)

EDICIONES REALIZADAS: Marzo a junio de 2023. Espacio Ronda (Madrid)

PRÓXIMAS EDICIONES: Consultar

Todos los días utilizamos, de modo irreflexivo, conceptos que son centrales para la filosofía occidental, tales como «verdad», «teoría», «razón», «necesidad», etc. Los utilizamos… y ellos mismos nos utilizan a nosotros, en la medida en que definen nuestras comprensiones y categorizaciones del mundo, aun cuando no nos demos cuenta de ello. Creemos saber a qué nos referimos cuando intercambiamos tales términos, pero si tuviéramos que explicitar su significado, nos veríamos metidos en un buen lío. El objetivo de este curso es examinar algunos de dichos conceptos, para tomar conciencia de las condiciones que nos imponen y propiciar, quizás, un cambio al respecto.

Comenzaremos por observar el funcionamiento de cada una de estas ideas en nuestra lengua común y corriente; en un segundo momento, enfocaremos sus sentidos especializados en el campo filosófico, para lo cual haremos determinadas catas en la historia de su formación y desarrollo. Con ello se pondrá de manifiesto a qué necesidades, problemas, deseos o intereses responde la categoría que estamos estudiando. Cualquier noción se encuentra imbricada en una compleja red de términos que convergen o contrastan con ella y que de este modo contribuyen a definirla; así, descubriremos constelaciones de nociones y elaboraremos mapas que nos ayuden a orientarnos dentro de ellas.

El análisis, la crítica y la creación de conceptos ha estado siempre en el eje de la actividad filosófica (y, además, la metafísica clásica se inicia precisamente con una indagación acerca de la naturaleza de los conceptos o las Ideas). Con ello la filosofía lleva a cabo su obra propia, que consiste en poner en suspenso la realidad establecida para poder ver las condiciones que la hacen posible y adoptar un posicionamiento al respecto (desde la ratificación de lo dado hasta su cuestionamiento radical y la exploración de configuraciones alternativas). Actualmente el mundo que nos rodea atraviesa una crisis de hondo calado, en medio de la cual nos resulta imprescindible encontrar nuevos modos de habitar, cuidarnos, relacionarnos, producir, creer y soñar. Nos urge pensar de nuevo las cosas, pesar cosas nuevas… ¿No nos convendrá también pensar en otros términos?

El presente curso constituye la primera parte de una serie que se prolongará en sucesivas ediciones. Para esta primera secuencia, he seleccionado los ocho conceptos siguientes: concepto, definición, saber, teoría/práctica, producción, razón, justificación/cuestionamiento y problema. Cabe agrupar estas nociones en tres conceptos-matriz: concepto (que se liga a definición), saber (que se vincula a teoría/práctica y a producción) y razón (que se prolonga en justificación/cuestionamiento y en problema).

Modo de proceder

Cada sesión estará dedicada a analizar un concepto o, más exactamente, una constelación de conceptos. Las personas participantes en el curso recibirán con antelación un cuadernillo de actividades, destinadas a guiar una reflexión personal sobre el término en cuestión; el resultado de esta pequeña investigación será el punto de partida del trabajo en grupo.

Las reuniones se distribuirán en tres partes:

– 1. Puesta en común de las observaciones individuales (30 min. aprox.)

– 2. Exposición, a cargo de la profesora, de algunos de los principales nudos filosóficos que atraviesan el concepto examinado (60 min. aprox.)

– 3. Consulta de dudas y debate (30 min. aprox.)

Índice de las sesiones

Sesión Primera

Concepto

Comenzaremos por examinar el concepto de concepto. ¿Qué es un concepto? ¿Qué clases de conceptos hay? ¿Qué hacen los conceptos? ¿Qué servicio prestan a nuestras experiencias y a nuestros saberes? ¿Cómo se forman los conceptos? ¿Quiénes los crean y para qué? Por otra parte, presentaremos la tarea genuina de la filosofía como trabajo con determinada clase de conceptos.

Sesión Segunda

Definición

Bajo este término se trata de seguir observando la noción de concepto, ahora en sus capas más profundas. De acuerdo con la metafísica clásica, la definición de lo que algo es equivale a su concepto (su Idea, su esencia), entendido como una entidad universal, necesaria y eterna. Según esto, nuestra experiencia estaría basada en una subsunción de realidades particulares bajo conceptos universales, de suerte que lo general tendría siempre prioridad sobre lo singular. A lo largo de esta sesión pondremos sobre la mesa una serie de evidencias que delatan la inviabilidad de tal planteamiento.

Sesión Tercera

Saber 

En primer lugar, recogeremos las diversas acepciones que presenta habitualmente este término, en un sentido muy extenso: desde la experiencia en primera persona hasta la posesión de un sistema de contenidos generales y especializados. En un segundo momento, veremos lo que la filosofía tradicional ha llamado «saber» en sentido estricto y paradigmático. ¿Qué rasgos definen dicha noción? ¿Qué «poderes» (incluso «superpoderes») proporciona el saber, entendido de este modo? ¿Qué aspectos de nuestra vida individual y comunitaria quedan en el centro y cuáles en los márgenes en virtud de semejante planteamiento?

Sesión Cuarta

Teoría / práctica

La contraposición entre la teoría y la práctica constituye un lugar común en el manejo de nuestros saberes («sí, sí, todo esto suena muy bien en teoría, pero en la práctica…»). Sin embargo, el sentido en el que solemos emplear esta contraposición es deudor de una tercera forma de saber: la técnica. En esta sesión nos ocuparemos de destapar dicha circunstancia. Con ello accederemos a un significado insólito de la teoría (y de su relación con la praxis).

Sesión Quinta

Producción

En su concepción general del saber, Occidente ha privilegiado la idea de producción. Saber es, ante todo y sobre todo, «saber producir algo». De ahí que, para hablar acerca de nuestros saberes, empleemos constantemente términos como «medios» y «fines», que son típicos de la fabricación y el manejo de útiles. Indagaremos en qué medida esta ha sido una perspectiva dominante en nuestra cultura, desde Aristóteles hasta Marx. Y como contrapunto a semejante hipertrofia de la producción, acudiremos a la noción de «labor» (es decir, «cuidado de la vida») propuesta por Hannah Arendt.

Sesión Sexta

Razón

Este término quizás sea el que mejor sintetiza en una sola palabra la apuesta característica de la filosofía occidental. En efecto, los filósofos griegos reivindicaron el lógos como único árbitro legítimo de la esfera pública y del saber, al tiempo que lo consideraron el rasgo distintivo de la especie humana. ¿Qué seguimos manteniendo actualmente de este gesto? ¿Qué entendieron entonces por lógos y qué cabe entender hoy por «racionalidad»? La densidad de esta pregunta se advierte al echar un vistazo a las nociones que solemos oponer a la de razón, tanto en la lengua común como en la jerga filosófica: locura, mito y poesía, fe, sensibilidad, pasión, inconsciente…

Sesión Séptima

Justificación / cuestionamiento

Consideramos que algo es razonable en la medida en que puede ser justificado intersubjetivamente. ¿Qué modos de justificación o acreditación del saber han sido instituidos en las tradiciones que nos constituyen y cuáles empleamos actualmente? ¿Todo el saber ha de poder ser avalado para adquirir validez comunitaria? Cuando justificamos algo estamos reconociendo de modo implícito que ello es cuestionable; lo cual trae consigo, paradójicamente, que cuanto más intentemos apuntalar nuestras creencias, más vulnerables las haremos a una posible problematización o crítica. En esta sesión procuraremos penetrar en la mencionada paradoja.

Sesión Octava

Problema

En el lenguaje ordinario, la palabra «problema» presenta un sentido claramente peyorativo: nadie o casi nadie quiere tener problemas. Pero en la vida de los saberes (y muy en particular, en la filosofía) los problemas pueden ser valiosas oportunidades, llaves capaces de abrir territorios ignotos. Así lo descubrieron los filósofos griegos, quienes, sin embargo, pusieron todo su empeño en idear estrategias para conjurar lo problemático, procurando expulsarlo del saber de una vez por todas. Nos ocuparemos, por un lado, de conocer la principal de dichas estrategias: la dialéctica. Y por otro lado, examinaremos la productividad de «lo problemático» y la de lo «no-problemático» al margen de ese escenario dialéctico.